No temo hacer sacrificios para alimentarme mejor.
Al final, cualquier cosa buena en la vida, requiere de mucho esfuerzo. Cuando me lo propongo, soy muy estricto y disciplinado con mi rutina de alimentación y ejercicio.
“Hacer lo correcto, ser saludable y autónomo”
Transtornos alimentarios restrictivos, Comportamiento obsesivo, Culpa.
Prefiero consumir alimentos que son buenos para mí y que resultan coherentes con mis creencias. Puedo llegar a ser monótono y rutinario en mi forma de comer.
Tiendo a exigirme mucho. Comer algo “indebido” me genera mucha culpa. Con frecuencia fallar una vez hace que abandone todo el plan.
¡Claro que puedo mejorar! ¡Trabajo duro en eso! A veces incluso siento que me impongo ideales y estándares que pueden ser inalcanzables.
En la mesa, algo monótono, con mucho orden alrededor y un agudo oído para los sonidos que produzcan otros mientras comen ¡Un ambiente perfecto!
Orientado a la mejora continua, con un alto control de impulsos y adherencia al plan. Puede llegar a ser el más disciplinado, pero sin excederse en la autoexigencia ni caer en la obsesión. En el máximo potencial se logra la flexibilidad que le permite variar sus rutinas periódicamente sin sentir culpa y disfrutar de cada momento sin la necesidad de hacerlo mejor.
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